Tejer la luz de Jorge Lizarazo
Curaduría: Lucrecia Piedrahita
Un patrón es una representación de la quintaesencia de un objeto.
Los patrones representan el poder y la fuerza de la belleza.
—Soetsu Yanagi
La luz, los brillos y las sombras son elementos esenciales en un trabajo de mestizaje donde confluyen la sabiduría existencial y corporal de la materia de las fibras naturales, los hilos metálicos, las maderas, los cristales y el cuero, entre tantos elementos que dan vida a la obra de Jorge Lizarazo.
Hechizoo, el laboratorio creativo, está ubicado en una casa en el barrio 20 de julio, al sur de Bogotá. Allí nacen y cobran máxima significación tejidos transfigurados en objetos de arte y diseño. El taller reúne una polifonía de voces, cada integrante es un especialista en su saber, han hecho de su oficio un referente del país, tejen e integran identidad, pertenencia y orgullo por lo auténticamente nuestro.
El origen textil de la arquitectura ha configurado históricamente una de las primeras manifestaciones estéticas que nos vincula con el hogar —el primer y más importante de los elementos de la arquitectura—. Los espacios que nos remiten al tejido, a la sutil elegancia que une los ámbitos públicos con los privados en el mundo del Oikos, de lo doméstico, son las pieles que, como envolturas ligeras, se encordaron desde las primeras civilizaciones. Trenzar hilos de materias vegetales para hacer cuerdas y pieles de animales que se cosían con tendones y agujas de hueso de las mismas presas, fueron prácticas desarrolladas desde principios de la humanidad.
Las pieles fueron sustituidas por la lana, el lino, el algodón y la seda. Egipto desarrolló las técnicas de conservación con linos y lienzos —que se han datado hacia el 5000 a. C.—, y allí se crearon las primeras agujas de hierro. En la India se ha encontrado tela de algodón del 3000 a. C., al igual que en la geografía precolombina. El dispositivo de la rueda de hilar (rueca) apareció en China y permitió reducir fibras o hilos de manera mecánica hasta convertirse en el elemento ingenieril por excelencia para tejer.
Tejer la luz, la exposición de Jorge Lizarazo, da inicio a la nueva programación de NC ARTE que promueve diálogos entre el arte, el diseño y la arquitectura. El espacio museográfico adquiere un espesor sensorial, que se acentúa a través del dibujo que teje la luz al amplificar las sombras como espejo primitivo equivalente al agua.
En los tejidos, la memoria —como categoría estética— y la luz son el elemento íntimo, poético y a la vez desafiante con el que Lizarazo comunica su sensibilidad en el mundo del diseño. A partir de percepciones sensoriales como color, temperatura, composición y sonido, la luz se teje a través de las texturas que representan uno de sus sellos identitarios para construir atmósferas arquitectónicas en las que el silencio convoca a la belleza y la fantasía crea música. “Son tejidos que se hacen por la luz y para la luz”. El resultado es una sensación que conmueve y que evidencia la esencia espiritual de las cosas —la manera en que las cosas se nos ofrecen, la forma en que se transmiten—. “El poder mágico de ellas”. Somos, entonces, traducidos por las cosas.
En la exposición Tejer la luz, Jorge Lizarazo re-interpreta a tres de los grandes maestros de la modernidad: Barnett Newman, Frank Stella, Carmen Herrera. La idea es re-crear la obra de estos artistas mediante el desarrollo de una caligrafía que sabe leer las constituyentes de la imagen de las piezas referenciales, con una minuciosa observación que, al ser trasladada a la trama y a la urdimbre, mantiene la esencia original de las obras. Esta apropiación aporta una nueva manera de interpretar y, por medio de líneas, traza la geometría y la representación de un volumen nuevo, para ofrecer unas variaciones atmosféricas sobre el referente y crear unos matices de tonalidades, vistos a través de la incidencia de la luz y la sombra.
El dibujo de Hechizoo se produce dentro de una fuerte interrelación con las culturas ancestrales, las vanguardias del siglo XX y los viajes experienciales de Jorge Lizarazo. Las relaciones entre el paisaje y la naturaleza, entre la imaginación y la estética, son sus fuentes de inspiración, también la observación detenida de cómo se filtra la luz para tejerla luego en diseños donde habita el silencio.
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1. Gottfried S. Semper, Die Vier Elemente der Baukunst, Braunschweig. München, Bayerische Staatsbibliothek – A.civ., 1851, 82 s.
2. Jorge Lizarazo, Conversaciones desde Hechizoo. Barrio 20 de julio, 2022, Bogotá.
3. Walter Benjamin, “La tarea del traductor”.
Lucrecia Piedrahita. París y Medellín, agosto de 2022.