Este cuadrado da lugar a diversas capas de descubrimiento. Como narra el arquitecto, “recuerdo perfectamente el patio de la casa de mis abuelos, se iban descubriendo poco a poco, como un jardín secreto”. Este juego de capas se refleja en su diseño actual, pero con un enfoque personal, contemporáneo y relevante. Pedro Bermúdez destaca la importancia de la resiliencia en el contexto de una realidad intensa y en constante cambio. Para él, tener la capacidad de cultivar la vida de manera mínima es un acto de inteligencia emocional. Esto se manifiesta en un jardín móvil e itinerante que ha instalado en la casa, compuesto por muebles de líneas limpias que pueden adaptarse a cualquier espacio. Como explica Bermúdez, “cada vez permanecemos menos en los lugares, de esta manera, si te mudas, te llevas tu propio jardín”. El diseño incluye tres mesas metálicas con apariencia oxidada que se superponen para formar un juego geométrico que sostiene las vasijas de barro de Mirrón Studio, utilizadas como macetas para la propuesta paisajística de Bermúdez. Detrás de ellas una celosía metálica integra el espacio con un patrón asimétrico que permite vislumbrar un árbol de limón, típico de las casas bogotanas. Este diseño refleja la arquitectura neutral y serena que caracteriza el estilo de Pedro.